Julio Acosta, el único héroe de Liniers


   Hablar de Julio Acosta en Liniers es sinónimo de alegría. De momentos felices. De abrazos y festejos. ¡De goles! Básicamente eso, goles. El 9 los hizo de todas las formas y colores. Y así se fue metiendo en el corazón de los chivos.
   No fueron diez, veinte o cincuenta. Ni cien. El artillero de General Conesa hizo 200. ¿Cómo no hacerle una bandera a semejante ídolo?
   De ese "trámite-ritual" se encargó Rodrigo Herrero, un fanático de Liniers, con pasado como jugador en las menores albinegras y sobrino del gran Néstor Herrero (su papá Héctor también jugó en el Chivo en la década del '80).
   La bandera es nuevita, la tela brilla como oro y la estampa de Julio es un homenaje de primera para el eterno goleador.
   Es que su estreno fue hace apenas unos meses, cuando empezó a cobrar fuerza la chance de que el goleador llegara al bicentenario de gritos.
   Incluso, a modo de sorpresa, el trapo estuvo oculto el día del 2-2 con Rosario, cuando Julito quedó en 199 anotaciones. Y, tras una racha maléfica sin anotar, el inicio del Clausura saldó la deuda y permitió lucir el estandarte en el regreso a casa, en la tribuna que da a la Avenida Alem.


   La historia de Rodrigo abrió la puerta para conocer a la denominada "Comisión de Desarrollo Institucional del Club Liniers", de la cual Herrero forma parte.
   Se trata de una agrupación de hinchas formada hace un año, luego del impulso que generó el histórico partido en Formosa contra River por la Copa Argentina.
   Si bien el diseño y la idea original corrieron por cuenta de Rodrigo, la Comisión no dudó ni un segundo en darle alas a la concreción de la bandera.
   La CDI de Liniers cuenta con 10 integrantes: Marcos Samuel, Alexis Stickar, Nicolás Rozas Denis, Leandro Armillei, Emanuel y Carlos Entizne, Fabricio Serenelli, Jonathan Serafín y Diego Teuber, junto al mencionado Rodrigo Herrero.
   Uno de los primeros proyectos del grupo fue acolchonar el perímetro de la cancha para proteger la integridad de los jugadores, siendo pioneros a nivel nacional sin recibir ningún tipo de ayuda externa.
   Y también, entre otras cosas, recolectaron juguetes para el "Día del Niño".

Un agasajo con los históricos, Julio Acosta y Facundo Lagrimal.
   Volviendo a Acosta, el punto en común es el eterno agradecimiento por brindarse al máximo por el club. Algo parecido a lo que sucede con Facundo "Cachi" Lagrimal, quien recientemente cumplió 500 partidos en Primera y recibió una gigantografía de regalo.
   Con ídolos como Julito, ¿quién no se pondría a hacerle una bandera?

Otra bandera que no falta nunca. Y una frase bien de cancha.
Hasta en la piel Rodrigo decidió llevar el escudo. Una pasión sin límites...






No hay comentarios:

Publicar un comentario