Ninguna ciudad detiene al Barrio Merino


   La idea original fue simple y con un doble objetivo. Este grupo de amigos de Punta Alta diseñó una bandera con los colores de su querido Sporting y, además, le estamparon una frase de Los Piojos, con sentido bien futbolero.
   Una buena parte de esta historia, que combina rock y fútbol, la dio a conocer Marco Cossú, ex volante de la entidad rojinegra y actualmente jugador de Villa Rosa de Coronel Dorrego.
   La idea de hacer una bandera que se adapte a recitales y cancha empezó hace casi 10 años, en las entrañas del Barrio Merino de la vecina ciudad rosaleña.
   Junto a Marco, el grupo de pibes estaba integrado por Gerardo "Kela" González, Mario Quemper, Aldo Mamani y Diego Orquín, todos de la cuna rojinegra.
   Y hasta tenían su lugar propio en el barrio, ubicado en la esquina de "Mingo", en la intersección de las calles Roca y Ciudad de Carmelo.
   La casa de los Cossú, básicamente en el galpón del padre de Marco, fue la sede elegida para los encuentros. Allí se preparó la tela, se inició el pintado de la bandera y se compartieron varios asados y anécdotas.
   Una vez terminada, la bandera empezó a ser una invitada más a las tardes de fútbol en Estadio Enrique Mendizabal, colgándose en el sector del banco local.
   En esos tiempos, Cossú vestía la camiseta de Sporting y, entonces, se ocupaba de colgarla con suma prolijidad desde el lado interno de la cancha. Y de visitante, cuando el viejo Argentino B demandaba kilómetros por el interior del país, el resto de la banda custodiaba el trapo en cualquier lugar.


   La frase de la bandera "Nada nos detiene, ninguna ciudad" corresponde al tema Ay, ay, ay, tercera canción del disco de mismo nombre de Los Piojos, una de las bandas de rock nacional más emblemáticas en los últimos 20 años.
   Para Cossú y sus amigos, el significado y la elección de la frase tiene mucho que ver con aquellas épocas en las que Sporting tenía que salir a la ruta fin de semana por medio para visitar lugares como Tandil, Olavarría y Mar del Plata, en búsqueda de puntos e ilusiones en el Torneo Argentino B.
   Contando canchas y recitales de Los Piojos, la bandera del Barrio Merino estuvo en el Mundialista marplatense, en el Estadio Rucha Che de Neuquén, en las sierras de Tandil y hasta en Mendoza.


En la Fiesta de la Manzana, Marco se dio un lujo de primera: ¡Ciro tocó con su pandereta en un momento del recital!

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